Sin poder, o querer, recordar el año ni el mes, Oscar vivió un episodio que lo dejó perdido y confundido. Él regresaba de trabajar, como muchas personas en aquella época, y fue sorprendido por oficiales, quienes le vendaron los ojos con una cinta negra, lo revisaron e interrogaron. Fue acompañado hasta su casa, donde recuerda que le sacaron todo, le desmantelaron su pequeña habitación. De repente, las palabras que más anhelaba escuchar: "no tenés nada, no tenés nada". Papel en puerta y otro en bolsillo, Oscar tuvo que limitar su actividad diaria hasta las 19 hs, más allá que el permiso era hasta las 22 hs. La tira negra que le pusieron alrededor de la cabeza es lo que entendemos como lo inexplicable, aquella sensación de que la situación lo llevaría a ser, como él sostiene, un caso perdido.
Gracias Oscar Leguizamón
Gracias Oscar Leguizamón
