Alberdi, con sus calles y su Club Atlético Belgrano, despiertan en su gente sentimientos y emociones que quedan cortos cuando se los ponen en palabras. Pablo Charras, nos cuenta:
“Un día que veníamos a la Piojera a ver una película con unos amigos, yo debo haber tenido unos diez u once años, justo ese día jugaba Belgrano. Entonces nosotros veníamos en el 30, bajamos acá en el Cassaffousth, y cuando empezamos a caminar por la calle Chubut se escuchaba ensordecedor el grito de la hinchada. Yo recuerdo que levanté la cabeza y vi el edificio viejo que estaba justo en la esquina, y dije: ¡Cómo me gustaría vivir acá!”
Como gran hincha, guarda en su memoria momentos como aquel festejo de los 100 años, y el glorioso día del ascenso: “lo vimos acá, ese día no pude viajar porque justo se enfermó mi mamá. El día del primer partido la internaron, y cuando terminó me fui con gorro y bandera porque era el único momento en que la dejaban ver”. Nos cuenta que si hiciera un recuento de las grandes emociones de su vida, diría que a cada una está relacionada con su paso por la tribuna del celeste. Los amigos, los buenos momentos, son eso: la cancha.
Gracias Pablo Charras
Gracias Pablo Charras
