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Belgrano



Alberdi, con sus calles y su Club Atlético Belgrano, despiertan en su gente sentimientos y emociones que quedan cortos cuando se los ponen en palabras. Pablo Charras, nos cuenta:
“Un día que veníamos a la Piojera a ver una película con unos amigos, yo debo haber tenido unos diez u once años, justo ese día jugaba Belgrano. Entonces nosotros veníamos en el 30, bajamos acá en el Cassaffousth, y cuando empezamos a caminar por la calle Chubut se escuchaba ensordecedor el grito de la hinchada. Yo recuerdo que levanté la cabeza y vi el edificio viejo que estaba justo en la esquina, y dije: ¡Cómo me gustaría vivir acá!”

Como gran hincha, guarda en su memoria momentos como aquel festejo de los 100 años, y el glorioso día del ascenso: “lo vimos acá, ese día no pude viajar porque justo se enfermó mi mamá. El día del primer partido la internaron, y cuando terminó me fui con gorro y bandera porque era el único momento en que la dejaban ver”. Nos cuenta que si hiciera un recuento de las grandes emociones de su vida, diría que  a cada una está relacionada con su paso por la tribuna del celeste. Los amigos, los buenos momentos, son eso: la cancha.

Gracias Pablo Charras



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El Almacén Victoria

En la esquina de las calles Neuquén y Colón se encontraba el almacén “Victoria”, el último almacén de ramos generales que funcionó en Alberdi. Perteneciente a una familia turca, quedará en el recuerdo de todos los estudiantes y vecinos la mesada de mármol, la estantería altísima de madera, los cajones y las botellas antiguas. “Ustedes entraban y encontraban desde un rallador para zanahoria hasta un par de alpargatas. De todo!. Conservaban esos estantes de madera, las cajoneras con puertas de vidrio, donde se veían los fideos, la yerba, si querías todo suelto. Tenías las cucharas, una máquina registradora antigua que le daban manija. Me acuerdo todas esas cosas. La viejita tenía un bracerito, porque cocinaba con carbón, ahí ponía la pava permanentemente porque, a pesar de que era turca, vieras cómo le gustaba el mate, tomaba muchísimo!. Y como me tenía confianza, yo iba siempre y me hacía pasar, me decía " vení vení pasa acá vení a tomar mate conmigo" y tomábamos mate, ...

Los Carnavales

Para la época de Carnaval y Navidad se acostumbraba a cortar la calle para bailar y celebrar entre los vecinos. “El carnaval era hermoso porque jugábamos con agua, papel picado, poníamos música ¡Nos divertíamos mucho! Todo entre familias, sanamente, y muy lindo. Yo los esperaba arriba en la terraza y cuando iban pasando les zampaba el balde de agua. Esas cosas que por lo general siempre existen en los barrios.” Así nos cuenta Reina cómo festejaban el carnaval en aquellos años. Hoy, en su lugar, se hacen los Carnavales Populares de Alberdi que tienen como anfitriones a la Murga “Lxs Descontroladxs de Alberdi”. La Murga trabaja en pos de la memoria y la identidad barrial, haciendo festivales en distintos puntos del barrio, entre otros la Plaza Colón (Plaza Comechingona) y el pasaje Verna. Gracias Reina del Rosario Gómez y Murga "Lxs Descontroladxs de Alberdi"

La Carlina

En la calle Remonda esquina Colón funcionaba uno de los tantos lugares de reunión de los estudiantes, hacia la década del 50 y el 60 sobre todo. Convocaba tanto a la estudiantina del Clínicas como a personajes reconocidos, artistas y dirigentes políticos. “Ahí hacían la semana del estudiante, cayera miércoles, viernes o domingo, festejaban toda la semana el día del estudiante en la Carlina”, nos cuenta Lunita Altamirano. Recuerda también que cortaban la calle Colón y, cuando pasaba el tranvía, los estudiantes se subían a éste junto con una camilla y hacían escenas de teatro o simulaban operar a una persona. "Hasta mirá lo que hacían, llenaban el tanque de agua con vino, ¡y después abrías la canilla y salía vino!”. Gracias José "Lunita" Altamirano